No pudo tener un trasplante porque tuvo hijos |

Anonim

Anissa Swanigan tenía dos buenas razones para mantenerse con vida: sus dos hijos. Pero sus embarazos también habían afectado su salud. Después de su segundo parto, desarrolló insuficiencia cardíaca. Las complicaciones del tratamiento cardíaco marcaron gravemente su hígado. Para sobrevivir, necesitaría un corazón nuevo y un hígado nuevo.

Era una buena candidata para el trasplante, excepto por una cosa: el parto había aumentado la cantidad de anticuerpos en su sangre. Esos anticuerpos atacarían y destruirían los nuevos órganos.

Los anticuerpos combaten la infección. Cuando tenemos gripe, son nuestros aliados. Pero cuando necesitamos un nuevo órgano, se convierten en el enemigo. En la mayoría de los casos, los médicos pueden suprimir la respuesta inmunitaria lo suficiente como para que el organismo acepte el nuevo órgano. Pero algunas personas como Swanigan tienen niveles tan altos de anticuerpos que un trasplante se vuelve imposible.

Anissa Swanigan necesitaba dos órganos trasplantados, pero los anticuerpos extra en su sistema del parto complicaban la situación.

El parto es solo una forma en que las personas pueden acumular anticuerpos adicionales. Las transfusiones o un trasplante previo también pueden hacerlo. Mark Stegall, MD, un cirujano de trasplantes en la Clínica Mayo, dice que hay un estimado de 9,000 estadounidenses que están en la lista de trasplantes para un nuevo riñón pero tienen niveles de anticuerpos demasiado altos para hacer posible el trasplante. "Es un gran problema", dice.

Afortunadamente, hay algunas soluciones al problema. Los médicos pueden eliminar físicamente los anticuerpos de la sangre a través de un proceso llamado intercambio de plasma. Y las nuevas drogas han reducido el rechazo causado por anticuerpos del 40 por ciento a menos del 10 por ciento.

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Pero el intercambio de plasma y la terapia farmacológica no fueron suficientes para Swanigan. Su caso se hizo aún más difícil porque necesitaba dos órganos.

Normalmente, en un trasplante de hígado cardíaco, el corazón entra primero. Pero eso no funcionaría para Swanigan porque el hígado filtra los anticuerpos. Mientras los cirujanos estaban trasplantando su nuevo hígado, no habría nada para filtrar los anticuerpos y su nuevo corazón se dañaría.

Entonces sus cirujanos decidieron volver a realizar la coreografía de la cirugía, trasplantando primero el hígado y luego el corazón. Usando todas las herramientas en su cinturón, nuevas drogas, intercambio de plasma y una operación reinventada, sus doctores lograron trasplantar ambos órganos de forma segura.

"Mentes brillantes", dice Swanigan. "Colaboraron y se juntaron y descubrieron cómo hacer esto".

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