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Lo que tiene que ver con el amor

Anonim

Hay una característica increíblemente dulce del Día de San Valentín en la portada del Seattle Times de hoy.

Es la historia de Carl Buck, de 84 años, un ingeniero de Boeing retirado, y su esposa, Joan, de 74. Joan tiene EM y vive en una casa de retiro. Carl ya no podía proporcionar la ayuda que Joan necesita para su EM, pero la visita dos veces al día. Se quieren profundamente.

Este no es el primer amor de Carl, ni el de Joan. La primera esposa de Carl murió a los 39 años. Un año más tarde, Carl no podía olvidar a su atractiva ex vecina, Joan, una mujer que tuvo 10 hijos. Había oído que Joan era viuda. Él la rastreó y se casaron seis meses después. Sabía muy bien que la EM de Joan estaba progresando. En su boda, sus hijos la subieron en su silla de ruedas hasta el altar. Pero eso no importaba, y aún no importa muchos años después. Cada uno tiene discapacidades, ya sea de MS para Joan o de envejecimiento para ambos. Pero su amor es más saludable que nunca.

Lloré cuando leí esta historia. No pude evitar recordar historias de personas con EM donde los matrimonios se hicieron añicos. El cónyuge no pudo soportarlo. Sucede también con pacientes con cáncer. Pero otras veces, la enfermedad crónica nos permite acercarnos.

Ciertamente, eso sucedió hace 10 años cuando tartamudeé a Esther que yo tenía leucemia. A través de todos los exámenes médicos, durante todos los horribles días de la quimioterapia, ella estuvo allí para mí y todavía lo está. Una imagen que siempre recuerdo es después de la primera sesión de quimioterapia en M. D. Anderson Cancer Center en Houston. Comenzó alrededor de las 6 p.m. con la prudente primera infusión de Rituxan, un anticuerpo monoclonal al que reacciona su cuerpo por primera vez. Estuvimos en el hospital durante ocho horas. Eran casi las cuatro de la mañana cuando Esther me empujó en una silla de ruedas por el puente del cielo vacío hacia el hotel Rotary House al otro lado de la calle. Me sentí amada, de seguro, y no tengo idea de qué haría sin ella hoy.

Aquellos de nosotros con enfermedades graves no damos por hecho el amor, ya sea dado o recibido. Es tan valioso y hace que valga la pena vivir.

Espero que también tengas una historia de amor, como Carl y Joan, o Esther y yo. ¡Feliz día de San Valentín y que tengas muchos más con alguien a quien amas y que te ama!

- Andrew

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